A diferencia de las fuentes convencionales de luz, los LEDs no fallan ni se funden.
Vida útil.-
La vida media de una lámpara LED es de 50.000 horas, frente a las 1.000 – 1.500 de una bombilla estándar. Esto son 17 años a 8 horas diarias de uso.
Mantenimiento.-
Una bombilla incandescente tiene 1.000 horas de vida y una fluorescente cuenta aproximadamente con 9.000. Las 50.000 horas del LED reduce los gastos periódicos de mantenimiento y sustitución de lámparas. Igualmente su estado sólido les permite ser expuestos a temperaturas extremas y entornos vibratorios.
Eficiencia energética.-
Los LEDS son más eficientes que las bombillas incandescentes y halógenas puesto que tienen una eficiencia del 98% cuando se compara con cualquier método de iluminación tradicional como la bombilla incandescente (con solo un 9% de eficacia); esto supone un 90% de ahorro en la factura eléctrica. Emiten más de 90 lumens por vatio consumido y emiten luz direccional, lo que las convierte en más eficientes que otras fuentes de luz incluidas las fluorescentes. El dato es muy superior si lo comparamos con las bombillas halógenas, que emiten 20 lumens por vatio.
Además, la emisión de haces de luz concentrados garantiza el aprovechamiento de la energía frente al desperdicio que supone la emisión de luz dispersa, junto con la utilización de colores vivos sin necesidad de filtros ni geles.
Aguantan favorablemente los cambios de temperatura, tras condiciones climáticas adversas que se pueden producir en la iluminación de exteriores . Esta tecnología es capaz de convertir la electricidad directamente en luz, sin producir calor por lo cual no se desperdicia gran parte de la energía en calor. Esto, consecuentemente abarata a gran escala los costos energéticos. Actualmente los LED de luz blanca son más eficientes que otros métodos de luz incandescente (medido en lúmenes/vatios). Actualmente podemos ver estos sistemas de iluminación muy difundidos en señales de tráfico y publicidad exterior, también se está difundiendo en iluminación vial.
Aguantan favorablemente los cambios de temperatura, tras condiciones climáticas adversas que se pueden producir en la iluminación de exteriores . Esta tecnología es capaz de convertir la electricidad directamente en luz, sin producir calor por lo cual no se desperdicia gran parte de la energía en calor. Esto, consecuentemente abarata a gran escala los costos energéticos. Actualmente los LED de luz blanca son más eficientes que otros métodos de luz incandescente (medido en lúmenes/vatios). Actualmente podemos ver estos sistemas de iluminación muy difundidos en señales de tráfico y publicidad exterior, también se está difundiendo en iluminación vial.
Pequeño tamaño.-
Los LEDs son mucho más pequeños que las fuentes convencionales de luz, lo que ha permitido un cambio radical en el diseño de luminarias. Ahora, la fuente de luz se puede ocultar completamente y crear un efecto mágico cuando la luminaria se enciende. La flexibilidad del LED nos ofrece un mundo de posibilidades e innovadoras soluciones, nunca antes concebibles.
Más color.-
Los LEDs no requieren filtros para crear color, lo que hace que los colores estén saturados y sin desperdicio de luz. Los colores rojo, verde y azul intenso pueden ser producidos directamente monocromáticamente desde el mismo LED. Cuando se utilizan filtros, se bloquean los elementos no deseados de la luz blanca y se desperdicia energía. Un ejemplo es el caso de los semáforos, en los que un LED de 12W de color rojo sustituye una bombilla de 150W. Los LEDs de colores primarios también pueden utilizarse para crear sistemas RGB formando una amplia gama de colores: se pueden conseguir más de 16 millones de colores distintos. También se pueden controlar tanto manual como automáticamente con un ordenador. Son programables, por lo que permiten realizar espectáculos de luz y sincronizarlos con sonido y video.
Luz directa.-
La luz emitida por un LED es direccional. Las fuentes de luz convencional emiten la luz en todas direcciones y se utilizan reflectores para orientar el haz de luz hacia el objeto a iluminar.
La direccionalidad natural de los LEDs resulta en una eficiencia del 80 al 90% así que se requieren menos lúmenes totales para proporcionar el mismo nivel de iluminación.
Robustez.- Los LEDs son dispositivos en estado sólido sin piezas móviles ni filamentos. Así, no se rompen al manipularlos y pueden ser manejados en entornos peligrosos incluidos aquellos en los que se experimentan altas vibraciones o fuertes impactos. No hay riesgos de contaminación, ruptura, destrucción o fuga por lo que su naturaleza los hace extremadamente resistentes y duraderos y, por lo tanto, la solución ideal para aplicaciones donde la fiabilidad es primordial. Por otro lado, muchas fuentes de luz no están bien adaptadas a ambientes fríos y los LEDs soportan condiciones ambientales de hasta -40º C, simplificando el diseño y la reducción de los costos para aplicaciones especificas. Son capaces de aguantar las inclemencias del tiempo por muy fuertes que sean: frío, calor, lluvia o nieve.
Intensidad regulable sin alteración del color.-
Los LEDs son totalmente regulables sin alterar ni sacrificar sus propiedades. Por lo tanto, la modificación de la intensidad luminosa no hace que varíe la temperatura del color del LED.
Medio ambiente.-
El LED es la fuente de luz más ecológica. A diferencia de las fuentes de luz fluorescentes, los LEDs no contienen mercurio ni otras sustancias contaminantes. La eliminación del mercurio del sistema de iluminación permite satisfacer las cada vez más estrictas regulaciones ambientales. Igualmente, su mínimo consumo y mantenimiento contribuyen al ahorro energético. No contienen tungsteno como las bombillas normales, ni mercurio como la iluminación fluorescente, son reciclables y cumplen con la normativa europea de sustancias contaminantes RoHS. Tienen una emisión nula de radiaciones infrarrojas y/ o ultravioletas. No explotan, por lo que no se desprenden cristales, como ocurre en las lámparas fluorescentes.
Fuente fría de luz.-
Las fuentes de luz convencionales contienen radiación ultravioleta. La radiación puede dañar algunos materiales, causar alteraciones de color o degradarlos. Para la iluminación de objetos delicados, como es el caso de los museos, los LEDs son la solución ideal. La baja temperatura de los LEDs, también los hace susceptibles de ser instalados en áreas sensibles al calor. Como vemos, a diferencia de una bombilla estándar, la tecnología LED no desperdicia energía en crear calor, lo cual permite instalar luz en sitios muy complejos, con poco espacio o en sitios enemigos del calor.
Rendimiento a bajas temperaturas.-
Actualmente hay lámparas que son resistentes a bajas temperaturas como las de metal Haluro y HPS, no obstante otro tipo de lámparas como los fluorescentes, pierden gran parte de su rendimiento en ambientes fríos. Los LED al contrario, son mas eficientes en entornos fríos que en entornos de calor.
Seguridad.-
Al operar a bajo voltaje, las instalaciones son más seguras de montar, operar y reparar.
Control digital.-
La tecnología hoy en día es digital, por ello es necesario disponer también de iluminación que pueda interactuar con sistemas digitales. Los LED, son fácilmente controlables a través de sistemas digitales, por lo cual se pueden interconectar con multitud se sistemas digitales.
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